El calzado
Escoger el calzado adecuado es una decisión de extrema importancia pues la gran mayoría de las
lesiones relacionadas con esta práctica deportiva se deben a unas zapatillas no adecuadas al corredor. Puesto que nuestros pies deben soportar hasta cuatro veces nuestro peso, la capacidad de absorción, acolchado y apoyo son de suma importancia a la hora de proteger tobillos, piernas y cadera.
El calzado puede depender de múltiples variables: tu tipo de pie, tu estilo (en función de tus capacidades, calidad muscular, sentido del equilibrio, edad, sexo...), el terreno escogido o la distancia recorrida, entre otras. El negocio de la fabricación de calzado deportivo ha vivido un crecimiento espectacular en los últimos años, de modo que la calidad y tipo de zapato
se han diversificado de forma exponencial.
lesiones relacionadas con esta práctica deportiva se deben a unas zapatillas no adecuadas al corredor. Puesto que nuestros pies deben soportar hasta cuatro veces nuestro peso, la capacidad de absorción, acolchado y apoyo son de suma importancia a la hora de proteger tobillos, piernas y cadera.
El calzado puede depender de múltiples variables: tu tipo de pie, tu estilo (en función de tus capacidades, calidad muscular, sentido del equilibrio, edad, sexo...), el terreno escogido o la distancia recorrida, entre otras. El negocio de la fabricación de calzado deportivo ha vivido un crecimiento espectacular en los últimos años, de modo que la calidad y tipo de zapato
se han diversificado de forma exponencial.
Los pronadores, que constituyen hasta un 60% de la población, los supinadores (5%) y los superpronadores (10%) son más propensos a lesionarse que los corredores neutros (35%), debido a que la mayoría del calzado está diseñado para este grupo. Por ello es crucial determinar tu tipo de pie, para poder escoger el zapato adecuado. Parra ello comprueba la forma de tus pisadas en arena húmeda o en el suelo del baño cuando con el pié mojado.
En cualquier caso, es recomendable dejarse asesorar por un especialista para escoger el calzado más adecuado y económico. También debemos tener en cuenta que, dependiendo del uso que le demos a la zapatilla variará su duración. Un corredor habitual suele cambiar de calzado dos o tres veces al año, puesto que el desgaste en los materiales, especialmente la suela, puede dar lugar a una reducción del rendimiento y aumenta el riesgo de lesión. |
pronador supinador normal
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